Tienes un hijo que hace lo que le pides y navega por la vida con facilidad. Tienes otro hijo que te hace arrancarte el pelo, quedarte despierto hasta tarde en la noche preocupándote y preguntándole a Dios: "¿POR QUÉ?" Absolutamente todos los consejos de todos resultan contraproducentes y no funcionan con este niño. Pero, ¿qué pasaría si entendieras el corazón y el cerebro de este niño desafiante desde adentro hacia afuera? No querrás aplastar su espíritu ni crear más desafío. En lugar de crear constantemente luchas de poder, usted puede aprender a disfrutar de un niño respetuoso, motivado, confiado, persistente y decidido.